Una cosa está clara: el número de vehículos eléctricos aumentará. En 2030, habrá alrededor de 35,7 millones de vehículos en todo el mundo. A más vehículos, más sensores. Ya no se trata solo de la reducción de costes en la producción, sino de la innovación, la disminución del peso, las cadenas de suministro y la huella de carbono. Los socios, proveedores y clientes exigen pruebas honestas en este ámbito.
Cuanto más exacta sea la dosificación, menos material se necesitará. Cuanto más sofisticada sea la tecnología de transporte, menor será la cantidad residual. Cuanto más protegida, más larga es la vida útil de la electrónica, lo cual redunda en beneficio de la sostenibilidad y la seguridad.
Para ello trabajamos en Scheugenpflug conjuntamente con Atlas Copco. Permítanos compartir nuestra experiencia con usted para que pueda diseñar con éxito sus procesos de fabricación para una movilidad electrónica segura.